Historia y origen del bordado de punto de cruz

El bordado en punto de cruz es uno de los más conocidos en todo el mundo y es bastante reconocible ya que al dar las puntadas quedan formas de equis, por eso, aquí te diremos su historia y origen. 

Y es que este bordado es tan versátil que se aplica en manteles, colchas, ropa de cama, toallas, huanengos y hasta cubrebocas y tiene su historia y tradición en todas partes del mundo.

En México, por ejemplo, es habitual que en las casas se borde en punto de cruz, pero también es una tradición que las artesanas y los artesanos mexicanos han heredado de generación en generación, aunque el bordado fue introducido por los españoles.

Más allá de una artesanía, cada pieza hecha podría considerarse una obra de arte, pues es un dibujo realizado con hilos y aguja que, al menos en nuestro país, muchas veces es de tipo documental e histórico, registrando el día a día de las comunidades.

El punto de cruz no es nada nuevo, pues las primeras piezas con esta técnica fueron encontradas en fragmentos de ropa en Egipto, que datan del 500 A.C así como en piezas de Asia Central del 850 A.C

Historia y origen del bordado de punto de cruz en México

En México no existía tal cual el bordado en la época prehispánica, pero sí existía el brocado en telar de cintura “a base de incluir hilos de distinto color y entrelazarlos a mano, se hacían diseños de decoración exquisita, sin fin, sin límite”, señala una publicación de La Jornada. 

De acuerdo con La Jornada, en México se comenzó a bordar cuando llegaron las agujas, las puntadas, las técnicas y materiales de Europa traídos por los españoles.

El libro ‘Bordados y Bordadoras’ anota que el Diccionario de la Lengua Española excluye los trabajos de las mujeres mesoamericanas como bordar, pero que hay registros de que sí había agujas hechas de hueso o con las puntas de maguey, pero que solo se usaban para unir y coser lienzos.

“En el desarrollo del bordado en México influyó en gran parte la Iglesia católica, pues los religiosos eran quienes enseñaban a bordar a las mujeres y aprovecharon su trabajo para los bártulos de los oficios religiosos”, asegura La Jornada.

Sin embargo, las comunidades de México adoptaron estas técnicas y ahora forman parte de su identidad, expresando sus propios motivos, creencias y tradiciones. 

En México, se han registrado varios tipos de bordado, además del de punto de cruz, como el hilván, punto atrás o cordoncillo, punto de lazada o mar, nido de abeja, rellenos, punto de ojal, cadeneta y relleno (encarnación, petatillo, seda floja, punta corta, media cruz).

De acuerdo con vadepunto.blogspot.com, el punto de cruz como lo conocemos actualmente apareció en Europa en la Edad Media y se difundió durante el Renacimiento.

La historia y el origen del punto de cruz se remontan a miles de años atrás, pero en México su uso ha sobrevivido, adaptado y ha dado paso a la decoración de quechquémitl, huipiles, morrales, fajas y hasta vestidos de novia.